La acción de la película inspirada en
hechos reales transcurre durante los
años anteriores a las VIII
Olimpiadas que se celebraron en París en 1924. Los jóvenes protagonista son Harold,
un judío que estudia
en Cambridge, y Erick hijo de un
misionero protestante escocés, que ha
regresado a su país tras varios
años en China. Ambos son dos magníficos atletas y sus vidas se cruzan en la lucha por las “Medallas Olímpicas”. Sus motivaciones son diferentes, Harold piensa en el éxito como una palanca que le eleve por encima de un cierto complejo social ¡Eric es un hombre de profundas creencias religiosas que ve en el triunfo un modo de servir a Dios!
Conforme avanza la película se nos
presenta las vicisitudes de los dos personajes, sus crisis, el proceso de madurez de uno, la
fidelidad del otro
a sus convicciones religiosas por encima de toda gloria humana. El
espectador, que es cada vez más consciente
de la valía personal de los dos jóvenes
, va descubriendo valores
universales e imperecederos: la tenacidad, la lealtad, la amplitud de
miras, la necesidad de compartir
los triunfos y sacar consecuencias útiles de los fracasos…
Si el guión es la esencia de una película, los aspectos
técnicos son su envoltura. Y, en este
punto todo está muy cuidado: fotografía, ambientación,
vestuario, con mención especial para la magnífica banda
sonora de Vangelis. En definita, un
film ya clásico, como un libro clásico, que al decir de Italo Calvino: ¡persiste
como ruido de fondo incluso donde la
actualidad más incompatible se impone!
se les recomienda ver el siguiente video
se les recomienda ver el siguiente video
No hay comentarios:
Publicar un comentario