Nueva York...
Cuando la condesa Olenska
regresa a Nueva York tras un fallido matrimonio con un conde ruso es
acogida por su familia en un entorno
plagado de desdeñable curiosidad, fingida amabilidad y falsos testimonios. Newland Archer, el prometido de
su prima May, se ofrece para asistirla y apoyarle
en todo cuanto pueda necesitar durante
su periodo de adaptación a su nueva
vida, sin embargo, el
inocente ofrecimiento se complica ante
su inesperado enamoramiento de la Condesa.
Archer
desprecia la soberbia que
destila su propia clase social, sin embargo, no puede prescindir de ella, está atrapado en
su propia red y no ve escapatoria. El miedo a sí mismo
y a la misma decepción le obligan
a tomar la decisión que condicionará el
resto de su vida. Una bella historia de amor
ambientada en 1870 en la que la
máxima es la apariencia y el deseo contenido de los personajes principales ¡el telón de fondo! “Era el espíritu del
exquisito dolor romántico. La idea de que el sólo roce de la mano
de una mujer era suficiente. La idea de verla al otro lado
de la habitación le mantendría vivo otro años más".
Martin Scorsese...
¡QUÉ TAL!...
Martin Scorsese...
En la película, queda patente la predilección de Scorsese por los personajes definidos por los códigos sociales de la sociedad neoyorquina de finales del XIX. Leyendo la novela de Edith Warton podemos entender que le indujo a realizarla.
Martin Scorsese... Director del filme |
Podremos entender que la pasión y la violencia pueden existir en lugares en el que se impone el decoro. Podremos entender porqué Newland Archer no pudo nunca liberar su frustración y aliviar su intensa pasión sentada en su salón o en las noches de ópera que definen su vida en ¡La Edad de la Inocencia!
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