lunes, 16 de septiembre de 2013

Un cuento chino







 Roberto es uno de los sobrevivientes de la Guerra de las Malvinas, un cincuentón solitario y obsesivo que tiene ferretería  de barrio y colecciona noticias  de los diarios que le llaman su atención por lo paradójico  e increíble, como aquella en la que una vaca cayó desde un avión, matando  a una jovencita.   










Un día su repetida cotidianidad  se ve alterada por la aparición de un joven chino recién llegado a Buenos Aires, que no habla castellano y necesita encontrar a un familiar. 

Ante la poca colaboración de la policía y las embajadas, decide  acogerlo por una semana hasta hallar una solución. 






En ese poco tiempo la hostil relación se irá modificando, llevando a Roberto a un necesario replanteo. Estamos ante una historia  no necesariamente de amistad, pero sí de solidaridad, de amor al prójimo, del amparo frente al desamparado, y, lógicamente, de la  trasformación interna de un hombre común.   


Sebastián Borensztein Director del Film

“La metáfora más evidente” de este cambio se da en lo que se produce en el patio de la casa de Roberto: un espacio desolado, arrumado, lleno de porquerías del pasado que ocupaban lugar sin sentido, que de a poco, es vaciado y puesto a nuevos -reconstruidos- con una pared blanca recién pintada.  


Con la caricatura de una vaca exuberante y colmada de vida ¡Una vaca que en el pasado, en la vida del chino, fue sinónimo  de pérdida! pero en la vida de Roberto equivale al futuro y el amor en pareja.

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